lunes, 29 de noviembre de 2021

Reseña crítica de Cien años de soledad

En la Colombia rural, hostigada del siglo XIX, donde conservadores y liberales se pegaban tiros a diestro y siniestro, Cien años de soledad es un coctel bien agitado entre realidad y ficción, pero con regusto en el paladar a guerra y conflicto, cultura, costumbres, identidad e historia, una receta que debe ser trasmitida de generación en generación.


Al igual que en la filosofía renacentista del siglo XVI donde Copérnico y Galileo evolucionan del antiguo pensamiento mitológico lleno de divinidades al discurrir racional científico, la realidad mítificada de Macondo tiene que aceptar, poso a poso y sin remedio la modernidad como otra nueva realidad posible, realidad reflexiva donde la revolucionaria América de antes y detenida en el tiempo ahora, tendrá el deber de mirarse por los siglos de los siglos.

Leerlo es redundar, rumiar que todo se hereda y todo debe permanecer en la memoria de la historia, construyendo los siglos de cien en cien, de generación en generación, con latente e inmortal esperanza de viajes mejores.

Mi abuelo se llamaba Adolfo, mi bisabuelo se llamaba Adolfo; se heredan nombres, historia, sujetos o sustancias, predicados o accidentes y toda la esencia de lo ente.

Adolfo Bodoque Jiménez

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