Mientras los usuarios de la biblioteca aprovechan el verano para descansar tirados en una hamaca o a la sombra de un árbol, viajar a Singapur o a la Conchinchina, en lancha o en avión, tomar el sol o el "rocío" de las horas más tempranas del día, ir a la playa o a la piscina, subir una montaña o recorrer una cordillera, olvidarse del reloj en cualquier esquina y reponer fuerzas para el duro invierno. Esta bibliotecaria se ha puesto las pilas y ha decidido seguir formándose con la intención de ofrecer un mejor servicio a sus usuarios.
"Nunca es tarde si la dicha es buena" |
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