jueves, 17 de agosto de 2017

Una donación muy bien recibida

Hay gente que pasa por la vida de puntillas, casi sin respirar, y no se ahoga. Pero existe otro tipo de gente que se deja la piel en vivir la vida de una manera intensa y que la vive de una manera comprometida con el mundo que le rodea, que luchan y defienden lo que es justo, porque hay justicias que no se pueden poner en entredicho. 
Este último, es el caso de Julián Pacheco, al que he descubierto este verano en la lectura del libro: Julián Pacheco. Un anarquista del pincel, escrito por Marisol Caldito.
Su señoría corrupto,1994. Acrílico y óleo sobre cartón y madera, 68 x 48 cm.
Sólo me queda dar las gracias a Celia Pardo por donar este libro a la biblioteca y por darme a conocer a un pintor excepcional, no sólo por su obra sino no también por su compromiso con el mundo.