Las cajas de donaciones de libros (GRACIAS una vez más a los donantes) se amontonan en la biblioteca, empiezo a pensar que poco a poco van reclamando su espacio y que como no me ponga manos a la obra me echan de la biblioteca. Por eso, antes de que empecemos con los clubes y talleres de animación a la lectura, que no me dejan tiempo ni de respirar, y tras la vuelta de unas merecidas pero siempre cortas vacaciones, me pongo a catalogar, etiquetar y tejuelar para que cada uno ocupe su lugar.
Montones de libros ocupan mi mesa |
Algunos ya están preparados para ocupar su lugar en la estantería correspondiente ¡Buen trabajo! |
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