A veces la vida y tu profesión se
unifican para poner, en tu camino, a
seres extraordinarios que vienen a iluminar tu mundo. Esos seres, pueden ser
grandes o pequeños, el tamaño en realidad no importa, solo el brillo que traen
consigo. Este es el caso de nuestra usuaria Alba que ha ido creciendo con
nuestra biblioteca y en nuestros corazones.
Alba llegó a la vida de esta
bibliotecaria, como Ardilla lectora, y como la oruga que se transforma en
mariposa, pasó a ser Ratoncito de biblioteca, para acabar convertida en
Unicornio lector.
Y sorpresas te da la vida,
sorpresas que te llenan, y recompensan con creces todo el esfuerzo realizado.
Ahora Alba, nuestra Alba, la de los besos rojos, juega a ser bibliotecaria. Lo
hace en su hogar, con toda la naturalidad del mundo, como si formará parte de
ella misma.
Expone libros en la estantería,
conoce la importancia de la colocación en la biblioteca, prepara su mesa: un
ordenador, su taza con bolígrafos, de todas las formas y colores. Y se prepara
para ejercer uno de los trabajos más cotidianos del bibliotecario: el préstamo
de libros. Con todo en orden, como una buena bibliotecaria, dispuesta para
empezar a trabajar, busca un usuario, y cómo no podía ser de otra forma, su
madre se presta a ello.
Porque una madre a veces tiene
que dejarse llevar por la imaginación y la creatividad de sus hijos. Y Ceci,
que está totalmente convencida de la importancia de potenciar esa faceta en su
hija, lo hace. Así Alba, como toda una bibliotecaria profesional, presta libros
sin parar.
¡Cuánto me hubiera gustado
compartir esos momentos hogareños con ellas! Convertirme en usuaria de mi
pequeña Alba. Pero dejemos a la familia en la intimidad de su hogar, para que
nos sorprendan con historias como está, que superan con creces lo que jamás
podíamos llegar a pensar.
Porque Alba es una niña
despierta, vivaracha y locuaz, encantada de poseer una brillante y desbordante
imaginación, inquieta hasta la médula, que siempre tiene ganas de descubrir más.
Sorprende verla tan contagiada de los mundos de Harry Potter o con sus
zapatitos de tacón. Cualquier propuesta que realizas en la biblioteca es
aplaudida por ella. Incluso otros eventos, que pueden resultar de lo más
satisfactorio para una niña de su edad, quedan en un segundo plano, si se trata
del taller de lectura. El taller es lo principal.
Puede que sea un poco culpable de
ello o puede que no, pero os puedo asegurar, que es innato en ella: su
curiosidad, su imaginación y creatividad no tienen límites.
Por circunstancias de la vida
hemos disfrutado muchos momentos divertidos y tiernos juntas. Ella y yo, mano a mano, con cualquier
libro, cualquier actividad propuesta, disfrutábamos como si no hubiera un
mañana. Porque cuando se trata de soñar ella es la primera y a mí una de las
cosas que más me han llenado como bibliotecaria es soñar con ella.
Sólo me queda dar las gracias a
Alba, por todo un mundo de emociones y satisfacciones compartido. Gracias mi
pequeña bibliotecaria, nunca dejes de imaginar, porque todo se puede hacer
realidad.
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