Esta mañana he comenzado con los primeros préstamos y devoluciones de nuestra biblioteca, tras las citas concedidas en el día de ayer. La sensación ha sido rara, recibirlos en la puerta, con todos los medios de seguridad preparados, pero sin dejarlos entrar en la que es ya su casa, la biblioteca, te hace sentir sensaciones enfrentadas. Por un lado te hace anhelar los momentos compartidos entre esas cuatro paredes de la biblioteca y por otro sientes alegría al ver, aunque sea de lejos, a los que se han convertido en parte de tu familia.
Descubrir a tus usuarios y usuarias en persona, que durante dos meses han sido solo virtuales, ha sido gratificante y una vez más es una demostración de la importancia de la biblioteca en nuestro pueblo.
Y mientras nos cuidamos, dándonos ánimos a 2 metros de distancia, con mascarilla, guantes puestos, gel y una caja para las devoluciones, nos alegramos pensando en el futuro en que volveremos a reunirnos dentro de la biblioteca, para retomar nuestras actividades, nuestras lecturas compartidas, nuestras vidas.
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