La verdad es que la palabra más utilizada, en estos meses de vuelta a la nueva normalidad, es raro.
Como raro es que hoy por fin, después de estos meses, la biblioteca ha vuelto a llenarse (siempre respetando las medidas de seguridad y el aforo limitado) de jóvenes. Sí, jóvenes, que han venido a disfrutar de las instalaciones. También es raro que precisamente en verano la biblioteca no es el lugar que suelen elegir los jóvenes para leer, es más, yo diría incluso que los jóvenes leen menos en verano, como raro es el silencio en la sala, la forma de relacionarse. Aún así y viendo el lado bueno de las cosas, estamos encantados de volver a compartir nuestra biblioteca, su biblioteca, con ellos.
Aunque en general este verano se está leyendo mucho más y la biblioteca está realizando muchísimos más préstamos, echamos de menos las actividades, el movimiento, el encuentro de los usuarios de invierno con los usuarios de verano, pero sobre todos los abrazos. Nos quedaremos con lo bueno, estamos aprendiendo a sustituir el me aburro por lecturas, el griterío por el silencio y la calma, los abrazos que faltan por miradas que llenan... Estamos aprendiendo y adaptándonos, a la nueva situación, lo que es un buen comienzo.
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| Jóvenes en la biblioteca |
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