sábado, 8 de junio de 2019

¡Colores!

A veces la alegría de la vida no se encuentra en los colores en si mismos, sino en sus tonos, su luminosidad y sus matices. Podemos encontrarnos con un rojo oscuro que asuste, porque nos recuerda a la sangre, o con un rojo pasión, que despierte nuestros instintos más primarios. Lo mismo podría suceder con el negro, el verde o el azul. Cualquier color está determinado por el tono, el lugar donde se encuentra, la luminosidad, la persona que lo ve y mil condicionantes más. 
Eso mismo ocurre con nuestro recomendación literaria: Rojo y negro de Stendhal. Algunos verán una lectura reflejo de la sociedad francesa anterior a 1830, otros solo verán las vicisitudes de la vida caprichosa que unas veces te mantiene en la cresta de la ola y otras te arrastra a las profundidades, y otros no verán más allá de sus líneas impresas. Se lea como se lea y se interprete como se interprete, lo claro es que es una pieza clave en la novela europea del siglo pasado. Todos deberíamos de leer esta novela sin importar las razones que nos lleven a ello.
Para llevar a cabo esta lectura te recomendamos un lugar de ensueño, donde la tonalidad de verdes es espectacular, donde la tranquilidad solo se verá interrumpida por el traqueteo del tren al parar en la estación de Chillarón.
Rojo y negro de Stendhal



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