Había una vez (yo) una sirena llamada Ariel. Vivía en el Atlántico, con su madre Alicia, que había fallecido, y su padre Neptuno.
Las mascotas más típicas de este océano eran las orcas y los delfines. Pero esta historia no es la de la tele, ni la de la peli, es una historia muy diferente…
La sirenita ya era mayor. Entonces Úrsula que no era la mala, sino que era su tía.
Úrsula y yo estábamos en el Atlántico, que era mi casa, y de repente la perdí. Pero dentro de un rato vino la orca y el delfín. Mi padre Neptuno me castigó en mi habitación y grité: ¡Jope! ¿Por qué a mí?
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