LOS SUEÑOS SE PUEDEN CONSEGUIR
Queridos
niños y niñas ¿Cómo estáis? ¿Cuántos de vosotros tenéis la ilusión de hacer
algo maravilloso o la habéis tenido y ya se ha cumplido? Que levanten la mano,
por favor. Madre mía, veo muchísimas manos levantadas.
Creo
que todos tenemos la ilusión de hacer algo importante.
Sí, en
esta vida siempre tenemos sueños, sueños que se pueden cumplir y sueños que se
quedan en eso, en sueños.
Os voy a contar la historia de una niña que tenía uno de esos
sueños…
Había una vez una niña que le
encantaban los animales. A sus papás siempre les decía que cuando fuera mayor
quería dedicarse a curar y cuidar animales. Sus papás le decían que para lograr
ese sueño tenía que estudiar mucho y que era muy difícil. Pero a ella no le
importaba, ella estudiaría mucho para poder alcanzar el sueño de ayudar a los
animales.
Así fueron pasando los
años y la niña se aplicaba mucho para sacar buenas notas en el colegio, la
maestra Doña Gertrudis estaba encantada con Josefina, así se llamaba la niña.
Un día su clase del
colegio hizo una visita al oceanográfico de Valencia y Josefina disfrutaba más
que nadie viendo como nadaban los peces, las rayas-mantas tan majestuosas, los
tiburones tan grandes y fieros. Le fascinaba ver cómo los buzos les daban de
comer, esas imágenes se quedaron grabadas en su retina ¡Qué mundo más bonito!
Por la tarde les llevaron a ver los pingüinos, las focas, las morsas y los
delfines, con lo grandes y pesados que parecían y cómo se movían en el agua,
qué maravilla.
Pero hubo algo que le
cautivó cuando miró a los ojos de los delfines, su mirada era triste y vacía.
Por los altavoces se escucho una voz metálica que dijo “el espectáculo de los delfines dará comienzo en 15 minutos”
-¡Los delfines! - Exclamó
Josefina. – Vamos, vamos que eso me
encanta, cuando sea mayor me bañaré con los delfines.
Todos y todas se
fueron corriendo a ver las piruetas y los saltos de los delfines. A cada salto
o pirueta todo el mundo aplaudía y ella no iba ser menos. Aplaudía con tanta
fuerza, que acabo con las manos rojas. Al final del espectáculo estaba
emocionada, pero no podía quitarse de la cabeza los ojos del delfín que la
miraba como pidiendo ayuda, esos ojos tristes y desesperados.
En el autobús de
vuelta a casa, Josefina estuvo pensando el por qué de la tristeza del delfín.
Le preguntó a Doña
Gertrudis: ¿Por qué parecían tan tristes
los delfines a pesar de todas las piruetas de daban?
Doña Gertrudis le
respondió: Los delfines son mamíferos,
como nosotros, tienen vínculos familiares muy grandes y su espacio natural es
el mar. Los han traído aquí para el disfrute de la gente como nosotros, para
ello los han separado de su familia y de su hogar y les han enseñado a hacer
monerías para conseguir una recompensa, creo que por eso están tan tristes.
A Josefina se le
llenaron los ojos de lágrimas al escuchar eso. Imaginó la tristeza que debían
sentir los delfines. Llegó a su casa un poco desolada, su madre al verla le
preguntó: ¿Qué ha pasado? ¿No lo has
pasado bien?
Josefina respondió: Ya sé lo que quiero ser de mayor, contestó
ella.
Finalmente Josefina
consiguió su sueño. Ahora Josefina tiene 26 años y es la jefa fundadora de una
organización contra el tráfico y explotación de los delfines, vive en una isla
soleada y su trabajo consiste en impedir que capturen a los delfines. Los
estudia, les pone nombre, los cuida y vigila. Todos los días se da un baño en
mar abierto con sus compañeros los delfines, incluso han aprendido a jugar con
ella al escondite. Así fue como Josefina alcanzó su sueño de cuidar a los
animales.
Disponemos
de varios caminos para alcanzar un único sueño.
¿Y
vosotros? ¿Tenéis alguno?
Chiqui
No hay comentarios:
Publicar un comentario